sábado, 9 de julio de 2011

final de año 1 de derecho

Tema que me toca defender referente al trabajo de investigacion que trata referente al derecho individual del trabajo.

  Jorge Castellanos C.I: 15846747


4. TRABAJO INTELECTUAL.
Para aprender a hacer, emprender, a aprender y ser,  sólo un camino es seguro: el mismo camino  que un día revolucionó la ciencia y la tecnología.  Este paradigma es el trabajo intelectual; se erige en lo intangible, se manifiesta en la transformación de la realidad y es pieza clave de nuestra existencia y evolución.
El trabajo intelectual exige -en primera instancia-  que  aquellos que lo practiquen, tengan un fin  con éste; claro que no nos referimos al escolar,  sino al nivel supremo de ser un ciudadano de calidad. Un ciudadano de calidad, lo es en la medida que reconoce su valía, asume responsabilidad y construye democráticamente una sociedad justa, además de sustentable en lo económico, cultural  y ambiental. La participación de este ciudadano en la construcción de esta sociedad, por decirlo de alguna manera, “sociedad ideal”,  es a partir del uso consciente e intencional  de la imaginación programada (Metacognición es "pensar las formas de pensar para mejorar los pensamientos" (Yore et. al., 1993;) y orientada por los hechos y el conocimiento intelectual.
5. TRABAJO FÍSICO.
Divídase el trabajo económico en físico e intelectual, según que en él predomina la acción de unas u otras facultades, ya que dada la unidad de nuestra naturaleza no es posible que obre ninguna de ellas aisladamente, y esto da lugar a una jerarquía de los trabajadores, que los distingue por la mayor o menor elevación de las facultades que ejercitan en la industria, y se señala a cada uno de ellos distinta recompensa.
Depende, pues, la productividad del trabajo: 1.º, de la inteligencia con que opera; así, el maquinista de un ferrocarril obtiene mucho más producto en el trasporte que el arriero o el conductor de diligencias: 2.º, siendo iguales las facultades del trabajador, el resultado está en razón directa de la intensidad del esfuerzo; de dos maquinistas que guían trenes, producirá más el que preste un servicio más difícil y asiduo; y 3.º, a igualdad de facultades y de esfuerzo corresponderá un valor proporcionado a la naturaleza de los medios que el trabajo emplea; en los industriales de que venimos hablando, la producción estará influida por las condiciones de la vía, de la locomotora, del combustible, etc.
OPOSICIÓN ENTRE EL TRABAJO INTELECTUAL Y EL TRABAJO FÍSICO: oposición de intereses entre los hombres dedicados a la labor intelectual y los dedicados a la labor física; surge al desarrollarse la división social del trabajo, al aparecer la propiedad privada y las clases antagónicas. Esta oposición es característica de todas las sociedades basadas en la explotación donde los intelectuales, dedicados a la ciencia, al arte y a la política pertenecen a las clases explotadoras o están a su servicio, y con ello participan en la explotación de los hombres dedicados al trabajo físico. Las masas explotadas se ven constreñidas a ocuparse en duras labores físicas y gran parte de sus individuos están condenados a la miseria y al retraso cultural. La oposición indicada alcanza su punto culminante bajo el capitalismo. Aunque la gran industria maquinizada abre un amplio campo para el aprovechamiento de la ciencia en el proceso de producción, para infundir al trabajo un carácter creador, la realidad es que la aplicación capitalista de la maquinaria convierte al obrero en un apéndice de la máquina, le deforma física e intelectualmente. El fin de la propiedad privada sobre los medios de producción, el dominio de la propiedad social socialista, la supresión de las clases explotadoras y la victoria del socialismo conducen a la eliminación de la oposición entre el trabajo físico y el trabajo intelectual. En la sociedad socialista los intelectuales se hallan vitalmente unidos al pueblo, crece y se fortalece la unidad político-social entre la clase obrera, el campesinado y la intelectualidad. Durante los años de Poder Soviético, se ha creado en la U.R.S.S. un destacamento de más de 20 millones de trabajadores dedicados a la labor intelectual, una intelectualidad auténticamente del pueblo. Casi 1/3 de los trabajadores manuales poseen instrucción media o superior. Esto significa que se ha dado un gran paso por el camino de elevar el nivel técnico y cultural de los trabajadores manuales todos hacia el de quienes se dedican a la labor intelectual. No obstante, en la sociedad socialista aún subsisten diferencias esenciales entre el trabajo intelectual y el trabajo físico, las cuales sólo desaparecerán definitivamente en la fase superior del comunismo.
6. PRESENCIA DEL TRABAJO EN TODOS LOS ÁMBITOS DE LA VIDA COTIDIANA.
La renovada centralidad del trabajo en la vida cotidiana está asociada con su espacialidad, que se superpone con la espacialidad residencial. Así, el espacio doméstico articula física y orgánicamente la familia y el trabajo, cuestión que se analiza a través de los espacios de vida y espacio vividos. Estos fenómenos complejos cuestionan los opuestos de la modernidad (como “lugar de trabajo/lugar de residencia”, “público/privado”), y manifiestan la imposibilidad de comprenderlos con categorías dicotómicas y “a-espaciales”, como mucho tiempo lo hicieron ciertos estudios del trabajo.
 vemos el trabajo dentro del conjunto de la vida del sujeto que trabaja, mientras que lo usual es ubicarlo dentro de otra totalidad: El proceso productivo. El punto de vista del sujeto que trabaja suele quedar más o menos desdibujado en los enfoques que ven el trabajo a través de la esfera de la producción (por ejemplo, los modelos productivos). Algo semejante ocurre con aquellos otros enfoques que se focalizan en el mercado de trabajo: En cierta forma reducen al sujeto que trabaja a un tipo de inserción laboral, o en el mejor de los casos, a las estrategias para entrar, salir o permanecer en ciertos mercados de trabajo. De esta forma, nuestro enfoque más que aislar algunos aspectos del trabajo intenta resituarlo en una visión que parta de la complejidad y en consecuencia, que incorpore el cruce, la articulación y confrontación de distintas dimensiones de la vida social en torno al trabajo. Por eso los enfoques de la vida cotidiana resultan muy pertinentes en esta búsqueda: Ni aíslan dimensiones de la vida social ni olvidan al sujeto. Intentan comprender el punto de vista del sujeto que trabaja a través de su discurso, de la observación próxima de las prácticas, de la observación de lo minúsculo y el microanálisis.
Es casi innegable que el trabajo actualmente, en casi cualquier contexto social, toma muy diversas formas. Como tantos otros componentes de la vida moderna, el trabajo no escapa a la multiplicidad y la heterogeneidad, si es que alguna vez lo hizo. Incluso, en un contexto local de pobreza urbana como el que estudiamos, también emerge esta multiplicidad de formas de trabajo. Sin embargo, en nuestro análisis nos referimos exclusivamente a aquellas actividades laborales, generadoras de los ingresos familiares, que tienen la particularidad de realizarse en el lugar de residencia bajo la modalidad de un pequeño comercio en el que casi siempre participan varios miembros del núcleo familiar. Esto último tiene algunas consecuencias necesarias que habrá que tener en cuenta: Por ejemplo, en estas condiciones, el trabajo muy difícilmente es un atributo de un individuo sino del grupo familiar. En cambio, el trabajo asalariado necesariamente es un atributo individual, aun cuando el individuo sea parte de un grupo familiar y los ingresos generados por su trabajo sirvan para el grupo
Nuestra perspectiva para abordar el trabajo busca conocer las prácticas laborales, es decir, qué hacen, en dónde, con quiénes; pero también cómo ven el trabajo estos sujetos, qué significa para ellos el desarrollo de esa actividad.  Posiblemente, sería más pertinente el verbo “trabajar” que el sustantivo “trabajo”, para enfatizar así el hacer en la vida práctica, el movimiento o dicho de otra forma, priorizar al homo faber. Aunque por otra parte, el sustantivo trabajo, por el carácter inmovilizado y cosificado que le es propio, también es adecuado para preguntarnos por los mitos y quimeras que se asocian a él, ya que éstos lo representan como si fuera inmutable a través del tiempo.
Al tomar el punto de vista de quien trabaja, resulta necesario ubicar a este actor en un contexto de sentido que lo modela en cuanto a su forma de ver el mundo, pero al que también él modela desde algún lugar social en el cual actúa. En breve, estudiamos el trabajo en el cruce de dos ámbitos analíticos: La cotidianidad -como el hacer- y la subjetividad colectiva como la referencia al contexto social de sentido. Por tratarse de un tipo de trabajo que se realiza dentro de la vivienda, ha resultado particularmente pertinente considerarlo conjuntamente con la vida familiar; para analizar así el trabajo y la familia a través de la cotidianidad y subjetividad. A su vez, éstas últimas dimensiones se enfocan desde el ángulo de la espacialidad. En síntesis, nuestro modelo analítico para estudiar el trabajo realizado dentro de la vivienda se mueve en torno a la trilogía: cotidianidad, subjetividad y espacialidad.










7. BIBLIOGRAFÍA.
JOSÉ DÁVALOS MORALES. DERECHO DEL TRABAJO
MARIO DE LA CUEVA. NUEVO DERECHO DE TRABAJO
LFT